jueves, 20 de diciembre de 2012

domingo, 16 de diciembre de 2012

Los Rolling Stones 50.




Cuando un grupo musical es conocido en todo el orbe, cuando es capaz de llenar estadios deportivos incluso en tiempos de penuria económica. Cuando el público canta las canciones, y en ocasiones ahogan con sus voces la del cantante... es entonces cuando ya el artista ha pasado a la Historia. La huella permanece imborrable pues la mentalidad colectiva te asume y te interioriza hasta hacerte propia. Formas parte ya de la identidad popular (distingamos de global). Andando el tiempo, hay unos cuantos grupos que pertenecen a la evolución de nuestra Historia mundial. Busco en mi memoria: Elvis Presley, los Beatles, U2, Maurice Jarre, Madonna... Del lado oriental, Ravi Shankar, Kitaro... Por no empezar a escudriñar en cada género musical; empezando por la música clásica, plagada de nombres clave conocidos hasta en recónditos lugares de cualquier saber profano. Es una de las grandezas del arte inspirado por Euterpe.

Desde hace décadas, un grupo de rock brilla con luz propia. Los Rolling Stones iniciaron sus pasos como muchas formaciones musicales: tocaban en pequeños locales y comenzaron a funcionar cuando un mánager avispado, Andrew Oldham, los contrató. Fue en un concierto en la histórica sala Marque Club de Londres donde Los Rolling Stones fueron fichados por este hombre, y a partir de ahí comenzó su camino profesional. Era un 12 de julio de 1962.

Hoy casi todo el mundo conoce a los famosos británicos, o cuando menos ha oído hablar de la vida de su “frontman”, su alma, Mick Jagger. Uno de esos artistas devenido a personaje y con una existencia propia de novelas: drogas, sexo y rock ‘n’ roll. Pero lo cierto es que si miramos objetivamente la obra del grupo, veremos un buen puñado de discos, giras expectaculares a lo largo del orbe y cantidades ingentes de dinero en beneficios. Como todos los artistas de largo recorrido, hay altibajos en su carrera. La creatividad no se mantiene siempre en lo más alto. Sin embargo han conseguido crear estilo propio, rubricar su existencia desmarcándose de los demás conjuntos musicales. No sé si serán imprescindibles en la evolución del rock y el blues (no soy quien para pensarlo), pero han conjugado a la perfección como nadie el arte musical con la industria del género.

Andando el tiempo, los años pasan y ahora se conmemoran las cincuenta vueltas al sol desde ese concierto londinense una noche de julio de 1962. Y en una sociedad actual pródiga en efemérides, podemos encontrar unos cuantos libros a modo de compañeros de viaje de estos iconos culturales. Sin embargo hay uno que reviste la rúbrica de los mismos, presentándose como el oficial. Y es que son ellos, las cuatro “piedras rodantes” actuales, los que nos sirven de guía a lo largo de una profusa galería fotográfica que ha editado Blume en nuestro país titulada “Los Rolling Stones 50”. El libro es un recorrido visual por el fondo del Daily Mirror, cuyo banco de imágenes (Mirrorpix) ha aunado la vida y obra de este grupo. Hay también otros fotógrafos profesionales de la talla de Philip Townsend, David Moffitt entre otros, y el viaje fotográfico reúne el millar de imágenes. Es un libro, aconsejo, para ver con calma y deleitarse. Empero no es una biografía. O mejor dicho, una autobiografía, pues son los propios protagonistas los que aderezan las instantáneas con sus comentarios. El grueso del paseo visual lo conforman capturas pertenecientes a sus conciertos. De camino en este viaje, nos encontramos con regalos como la cartelería para la promoción del mundo de los Rolling, carátulas de sus películas, carteles de conciertos o momentos no estrictamente musicales (grabación de los discos, desmayos de las fans y retratos oficiales). En este aspecto, dicho sea de paso, no hallamos más que una sola fotografía realizada en España. Curiosamente es la última de un concierto que cierra el libro. Se trata de la actuación en El Ejido, Almería, celebrada el 30 de junio de 2007 perteneciente a la gira “A bigger band”. Todo un maratón mundial con 147 conciertos en 735 días. Incluso se habla de que los beneficios superaron los 550 millones de dólares de la época. Huelga recordar simpáticamente que el 29 de septiembre de 2003, dentro de la gira “Licks world Tour” recalaron en Zaragoza. La única vez hasta la fecha que han visitado la capital del Ebro.

Es aquí donde se aprecia un punto interesante. La transformación del grupo como banda de éxito hasta convertirse en una ciclópea maquinaria industrial. El propio Jagger lo comenta y asume en un comentario del libro. Más éxito y más trabajo, que propició la salida de algún miembro que prefería una vida más tranquila. Aún hoy, se asombra el que suscribe al ver las buenas condiciones físicas (cuando menos aparentes) de un Mick Jagger que vino al mundo en 1943. La viva muestra de que los viejos rockeros nunca mueren e incluso se pueden mantener en forma.

Convertirse en un producto exclusivo para su venta sin perder calidad, es algo que pocos han conseguido. Sus discos son cuestión de gustos, pero el fenómeno social está ahí. El debate de su evolución musical, basada en el blues por un lado y el rock por otro, suele ser una conversación abierta. Y más cuando han hecho algunos trabajos accesibles, tanto como grupo como por separado cada uno de ellos. Esa es la clave de llegar a todo el mundo, ampliar los contextos musicales (no necesariamente con la experimentación, que a la larga suele ser propia de todas las artes aunque se corra el riesgo de no ser aceptado); ellos lo asumieron porque lo llevan dentro. Corre por su sangre la droga de la música, y eso es afortunadamente imparable.

Que este libro sea una visión equilibrada de la vida del grupo es difícil de decir. Pero el recorrido diacrónico está bien nutrido y convierte este fotolibro en una pieza clave dentro del imaginario de esta formación. No se pretendía, creo yo, desmenuzar el día a día como quien dice. Sino recordar. Uno se imagina el momento en el que Jagger, Richards y compañía se sientan a pasar con sus propias manos los positivados en papel de los negativos. Y eso, sus impresiones y recuerdos, conforman la semblanza de este volumen. Al principio del mismo, como presentación del recorrido que se avecina en las páginas siguientes, cada uno de los cuatro miembros actuales, escribe unas líneas de presentación y reconocimiento. Y cuando se dan cuenta del medio siglo, no cabe sino asombrarse de lo que se ha sido capaz y de lo que queda por hacer. Atrás brillan proezas, como el concierto gratuito en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, el 18 de febrero de 2006, ante millón y medio de espectadores. O las tres mil guitarras que a lo largo de su vida ha tocado Keith Richards. Por no hablar de los escarceos judiciales con la ley británica en asuntos de drogas, fotos de singles malhadadas mediáticamente, como la del tema “Street fighting man”. O su fans exacerbados. Algo no exclusivo de este grupo (casi era habitual que la polícía británica acabara entrando en los conciertos de The Class) aunque no todos cuentan en su haber con muertes, como la acaecida en Altamont el 6 de  diciembre de 1969. Tema del que Jagger se desmarca en el libro apelando a las buenas formas que ha de tener el público asistente. Una existencia que da para mucho como se puede apreciar.

Con motivo de esta conmemoración, el grupo ha vuelto a subirse al escenario en Londres a lo largo de la recta final de este año. También ha aparecido una nueva recopilación de material musical de su obra. El legado de este conjunto es copioso y se seguirá mitificando el coleccionismo hasta el fetichismo. Una de las grandezas que hacen los artistas de verdad. Aquellos, como decía antes, que se han integrado al corpus cultural de este planeta tan aciago, y a la vez tan capaz de crear arte sublime.





“Los Rolling Stones 50”
Editorial Blume
2012

lunes, 10 de diciembre de 2012

Senda 2012.




No sé bien qué fue primero, si el caminante o el vehículo. Hay dos marcas, dos caminos en la misma dirección. Desconozco si sus destinos coincidirían. Pero espero que las pisadas humanas sigan su camino y no las hayan atropellado, pues sería triste que yendo en la misma dirección, no llegaran todos a su destino. Que hubiese quien apartara del camino a alguien, en lugar de parar e invitar a subirse y viajar juntos. O viceversa, abandonar el vehículo, y si place, caminar juntos. Una metáfora de nuestra sociedad, captada este níveo puente de evasión montañosa. Allá, en las fronteras de un dios, en el pináculo de la madre Naturaleza, una mañana de diciembre en que arrojé mi alma a la nieve.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Festival de Jazz de Zaragoza.




Acaba de terminar una cita musical especial, de esas en las que uno cuenta los días que quedan para la siguiente edición. Como un vino con solera (no en vano este evento peina lustros) se mantiene fiel a sus principios y arrostra con estilo los envites de la crisis económica para no convertirse en un mero derrelicto que preceda al hundimiento. 

Todo lo contrario, cada año nos traen genios de la música. Atención, no digo Jazz. El apelativo pierde valor cuando ves en directo las artesanías musicales de gente como Chris Dave o Stanley Jordan. De éste último, uno de los mejores guitarristas eléctricos de la Historia, todavía andamos recuperándonos los zaragozanos del trance en el que nos sumió el último domingo de noviembre. Son botones de un traje de ocho conciertos cual levita de lujo para los sentidos. Es un ejemplo de que la música con talento entra en nosotros de una u otra manera. 

Para abrir el apetito con las siguientes fotografías de mi cobertura del festival, dejo el rastro del celebérrimo guitarrista de Chicago que toca las guitarras sólo en la zona del mástil. Su dominio es divino y su música haría arder las sirenas, carcomidas de la envidia al ser superadas en su canto. 

Yo me dejé embelesar, esa fría noche de noviembre, atado a mi vida, por las notas de un bardo eléctrico. Una fría noche de otoño, escuché el llanto de una saturnina musa del mar que lloraba al dejarse mecer por el son de un vate del Jazz. Una fría noche de otoño.


                                           

viernes, 2 de noviembre de 2012

In fíeri.




Para un artista cada obra concebida es como un hijo: lleva algo de uno mismo. A la postre, nuestras creaciones artísticas nos sobrevivirán, son nuestro legado. Ahora llega el momento de la buena esperanza, de la concepción que precede al parto. En esa fase creativa me encuentro. El pasado 17 de octubre nos pusimos manos a la obra y gestamos mi próximo proyecto. Volví a contar con Nazaret Laso y Tania Garrido como modelos y realizamos la sesión fotográfica en las instalaciones de Estudio Imagen en Zaragoza.  

La historia en ciernes trata de un ritual de cortejo, apresamiento y redención entre dos personajes; uno de ellos, de tintes muy diablescos. Ellas, Tania y Nazaret, recrearon el argumento para mi cámara, interpretando mis ideas. Debido a esa comunicación inmanente entre artista y protagonistas, concibo cada sesión como una conjunción de equipo. También los actores de mi obra dan imágenes y enriquecen el mensaje preconcebido. La autoría la firma una persona, pero en la obra final hay implícitas variadas improntas de las identidades que formaron parte del proceso creativo. 

Ahora comienza el periodo de postproducción para dar forma final al proyecto que verá la luz el año que viene. Mientras tanto os dejo una alusión que inspirará imágenes y alimentará los deseos de zambullirse en mi próxima obra. Desde aquí agradezco las facilidades y el apoyo de los miembros de Estudio Imagen para la realización de la sesión. Y por supuesto a las dos protagonistas con las que he tenido el privilegio de volver a trabajar enriqueciéndonos mutuamente, pues ellas son artistas de su cuerpo y vehículo de mi mensaje.

domingo, 21 de octubre de 2012

Vídeo de la presentación de " Zaragoza vista por Círculo Fotográfico de Aragón ".







Tras el éxito de la presentación que Círculo Fotográfico de Aragón realizó el veinticinco de septiembre en el Teatro Principal de Zaragoza, podemos ya ver unas imágenes del acto que dio forma y etiqueta al libro que ha sido editado por la Diputación Provincial de Zaragoza.

El recibidor de nuestro templo de la comedia y el drama se abarrotó hasta lo inesperado. Fue un encuentro de amigos y apasionados de la fotografía que llenó de satisfacción esa velada artística. 

Hubo más que imágenes como se aprecia en el vídeo que tan amablemente han puesto en Youtube. Un buen recuerdo de un gran sueño hecho realidad.


http://circulofotograficodearagon.blogspot.com.es

jueves, 11 de octubre de 2012

Manowar.




Las fiestas patronales de Zaragoza rara vez sorprenden con estrellas musicales internacionales. Y desde luego, con el cambio de época que estamos viviendo, es normal que no se pueda pagar a grupos cimeros llenaestadios (que por otro lado, lógicamente es en su mejor momento cuando más caros son, en la vejez artística se abaratarán).

Sin embargo sí ha habido una presencia musical histórica: “El hombre de la guerra” nos visita de nuevo. A lo largo de sus tres décadas de historia, Manowar han venido a Zaragoza en múltiples ocasiones. Recuerdo que en la última de ellas cruzaron a lo largo la conocida “Sala Multiusos” de la ciudad, cabalgando motos choppers por encima de nuestras cabezas. Conocidos son en el planeta musical como poseedores del récord (desconozco si superado a fecha de este artículo) de decibelios en directo. Por ello, para cuidar mis delicados oídos, esta vez los protegí con tapones a la hora de realizar mi reportaje. Precaución que tomaron en el anterior concierto los seguidores del grupo que copaban las primeras filas.



El pasado día nueve de octubre, no salieron en motos, y la parafernalia audiovisual se limitó a proyecciones en pantallas de tela. La iluminación del concierto siguió un cauce clásico para estos casos. El resultado imagino que se oiría en kilómetros a la redonda. 

El concierto fue emotivo, con bella chica del público saliendo a besar al guitarrista y un brindis con el presidente de la Federación de Interpeñas (la organizadora del concierto). Al final, cuando ya no estaban, sonaba uno de sus himnos mientras simultáneamente aparecía una bandera de España en la proyección. Después se hizo la sombra precedente a la salida de los técnicos que iban a desmontar el teatro sónico. A lo largo del mes recorrerán más ciudades de nuestro país. 

Manowar es el extremo paroxístico del heavy metal; el “a más no poder”. Tanto es así que siempre se han mantenido fieles a su línea. Ésta, dadas las características del grupo y su música, no es de extrañar que se base en llamadas a la guerra... de la vida. En gran medida, la música metal, alimenta los motores de los adolescentes en su peor momento vital. Y ese combustible, en muchos casos, sigue fluyendo por las venas durante toda la existencia de los seguidores de esta música. Si los roqueros nunca mueren, los heavies sobreviven incluso después de fenecidos. 











No son los neoyorquinos el mejor grupo en su género, pero sí uno de los más carismáticos. Y vista la concurrencia de este y otros conciertos pasados, de los que más seguidores mueven. Cada fiestas del Pilar, la Federación de Interpeñas dedica una noche al metal y al rock más potente. Es una sana tradición para un género que no se vende al mejor postor (por eso nunca son números uno en las listas comerciales) y que cambia poco con los años. Quizás porque, aunque suene rancio, hay cosas que sólo necesitan cambiar lo justo. De lo contrario, a lo mejor se corre el peligro de perder la esencia que hace que se sea único.

martes, 2 de octubre de 2012

Música y sentimiento.




La percepción que tenemos de lo que nos rodea puede originar múltiples sensaciones y pensamientos. Nos movemos cada momento en un entorno subjetivamente delimitado por nuestros sentidos. Pero en realidad no dependemos de ellos. El resultado final de la emoción que produce en nosotros cualquier señal constatable, es fruto de un mensaje provocador que nos encontramos cuando respiramos, oímos, comemos, tocamos u observamos. Podemos estudiar un efecto, no desde el que lo percibe, sino desde el que lo produce. La Madre Naturaleza dota de una inteligencia extraordinaria las habilidades innatas de los seres vivos. Una flor de cromatismo exuberante puede serlo para atraer insectos y expandir la especie cuando éstos polinicen a otras plantas en busca de polen. El canto de un mamífero puede informar de que ese ejemplar está dispuesto para el apareamiento. Por tanto, el mensaje viene preconcebido, lo contrario sería un galimatías puro. 

Visto así, la disyuntiva sobre el entendimiento de una percepción estriba en el orden de las partes que forman el mensaje. Y ese orden, es lo que percibimos cuando escuchamos una melodía, independientemente de que tengamos conocimientos musicales. Esto no es una regla que se pueda aplicar a todo lo que crea el Ser Humano. Por ejemplo, un idioma nunca lo entenderemos en su totalidad si no lo hemos estudiado mínimamente. Pero sí es consubstancial al Arte. Una pintura, una escultura, una construcción siempre nos sugerirá algo. Contra más conocimientos tengamos de esa disciplina, más entenderemos el mensaje del autor. Sin embargo, éste ya ha sabido crear una sensación universal mínima. De esta manera podemos explicar porqué sentimos ciertas cosas escuchando músicas que no conocemos. De ahí que una de las grandezas de la Música sea su universalidad. 

Charles Rosen, conocido pianista neoyorquino, es además un estudioso de la música con ansias de divulgación pedagógica. Con ese cariz ha escrito un pequeño libro explicativo para mostrar como determinados compositores cimeros de la música clásica, han conseguido conmover nuestro fuero interno con la percepción del oído. Su ensayo “Música y sentimiento”, publicado por Alianza, parte precisamente de ese postulado artístico con el que abro mi artículo, pero a la vez disecciona nota a nota las carencias y virtudes del arte musical. Éste, sostiene Rosen, es el lenguaje más pobre de todos. Sencillamente porque se basa en unas pocas notas musicales. Sin embargo, ante esa “pobreza” de vocabulario, las posibilidades gramaticales y sintácticas son amplísimas. O dicho de otra manera, una nota musical, por sí misma no dice nada. Su análisis necesita el contexto en el que se ha usado dentro de una melodía. Esto es clave porque ciertos acordes musicales, pueden inducir a provocar sensaciones opuestas según donde se coloquen dentro de una obra, el ritmo que lleven, su textura... Esas posibilidades, esa “artesanía musical compositiva” es la que analiza el libro de Rosen con prolijidad de ejemplos. Estos casos, explicados con pentagramas, son los que conforman un ensayo más orientado a estudiantes de musicología y personas que tengan cierta familiaridad con la música tonal (es decir, lo que entendemos como música clásica europea).

Ciertamente, cuando la música no va acompañada de un texto (por ejemplo la Ópera), su poder es completo a la hora de emocionarnos (de lo contrario, sostiene Rosen, se supedita a la historia narrada). Y ahí precisamente, la música tonal ha tenido su evolución hasta nuestros días. Una evolución basada en las culturas de los pueblos y sus instrumentos. La evolución de los mismos fue clave para la música europea, ya que se fue conformando la escala tonal que conocemos hoy en día: una escala de tonos y semitonos iguales que tomó forma en el siglo XVIII.

En líneas generales, la creación de sentimientos en esta música tonal, estriba en la relación entre consonancia-disonancia, dos formas de acordes cuyo juego está en manos del compositor y el intérprete. Pero a partir de esta premisa, los grandes maestros han aportado improntas personales que en algunos casos nadie esperaba se pudiesen hacer. Es el caso de Bach, que realizó matices variables dentro de una continuidad tonal, aparentemente rígida. De esta característica, comenta Rosen, eran capaces pocos compositores de la época. O Beethoven, con un estilo personalísimo nunca visto hasta entonces que dio paso al siglo XIX.

Es entonces cuando el Romanticismo cambió radicalmente el lenguaje musical de los afectos. Consiguió incrementar la tensión de la obra hasta límites insospechados en su momento. Aumentó la riqueza del cromatismo de la música, pero a cambio hizo más difusa la precisión del significado armónico que los oyentes podían escuchar. Estos cambios crearon un nuevo espectro de afectos. Dicho de otra manera, se pasó de la confrontación entre consonancia y disonancia antes citada, a un incremento de la intensidad extraordinario (algo propio del movimiento romántico en sí). Lógicamente, hay matices en esta generalidad. Una excepción es el austriaco Franz Schubert que usó ambas técnicas.

Así andando entramos en el siglo XX. Pronunciarlo es inspirar la ruptura de nuevo. Y mismamente se hizo para quebrar el orden de la obra musical que el oyente escucha, ese orden inherente a toda obra artística. Pero romperlo sin caer en el banal caos es difícil, ahí está la enjundia del artista. Por esa razón las postrimerías del siglo anterior y el comienzo del presente, son pródigas en muchas corrientes musicales. El resultado queda abierto (ni Rosen se atreve a vislumbrar el futuro). El fruto de la experimentación está por definir en las manos del concepto del compositor. Y de alguien más...

El ensayo termina con el recordatorio de la importancia del intérprete. Él es otro artista capaz de personalizar la obra compuesta. Tanto es el peso del ejecutante, que Rosen lo coloca a la altura del compositor. Es lógico pensar así, ejemplos hay siempre de buenas canciones contemporáneas que mal cantadas irritan al oyente. Y viceversa, siempre y cuando el intérprete sea un auténtico virtuoso. En la música tonal, más todavía es clave la importancia del factor humano. Hay grandes nombres para cada instrumento musical. Artistas que han sabido tocarlos con genialidad, y eso también es uno de los ingredientes para que la emoción rebose en el alma auditora. Personajes como Jascha Heifetz en el violín por poner un ejemplo. No en vano se han convertido en autenticas estrellas de la música, históricos nombres que han dedicado su vida a su instrumento musical o simplemente, al deleite del don que supone desarrollar una voz sublime (la Ópera ha sido y es proclive al ensalzamiento de sopranos, tenores, barítonos, contraltos...). Trascienden su entorno para presentarse ante la sociedad profana como seres únicos en su mundo. 

Ellos también provocan sentimientos porque la voz humana es un instrumento musical en sí misma. Y como apunta Rosen, mientras los lenguajes de palabras necesitan imbuirse de entornos poéticos para abrir la emoción, la música se basta de su exiguo lenguaje para, conjugándolo de infinitas maneras, hacer sentir un patetismo extraordinario. 

A lo largo de este viaje conducido por el genial pianista neoyorquino, brillaremos con los grandes compositores que han aportado algo al desarrollo de la música tonal. Mozart, que vivificó la Ópera de su época, Haydn que mostró genialmente un mismo tema con significados afectivos opuestos, Bach, a juicio del autor, el modelo más influyente en los músicos del siglo XIX, el subversor Stravinsky, usando modelos clásicos para dotarlos de su marca personal y un elenco necesario para evolucionar hasta nuestros días. Nada es mejor ni peor, aunque las modas y los gustos han hecho que grandes compositores tuvieran altibajos populares. En cualquier caso todos han jugado con los afectos. Como dice Rosen acerca de los múltiples movimientos musicales del siglo XX: “Una representación de sentimiento no es igualmente eficaz en todas estas tendencias [...] pero se encuentra presente en todas ellas.” (Pág. 134) 

Por tanto, toda música es sentimiento. Ahí radica uno de los pilares que nunca cejo de recordar, para dotar una obra de Arte de sentido: mensaje y sensibilidad. Algo tan inmemorial como el llanto de un bebé, desde que el hombre tomó conciencia de sí mismo y comenzó a disfrutar de la música. Quizás, inspirado por dioses y diosas, pero ejecutada por mortales que han conseguido crear una obra eterna. 



" Música y sentimiento " 
Charles Rosen
Editorial Alianza
2012

martes, 18 de septiembre de 2012

Primer asalto.




Comienza la temporada musical en Zaragoza y los locales que ofrecen conciertos zarpan con aprovisionamiento de calidad y paciencia; los tiempos que corren ponen a prueba la Cultura y el Arte. Muchas personas se mirarán con desasosiego el bolsillo al comprobar lo que cuesta ver a una estrella rutilante de los escenarios. Pero hay más vida que la que sale en televisión. Y para aquellos que no conozcan el plancton que flota en el crisol musical aragonés, quizá sea ahora una buena oportunidad para recordar y ver a los grupos autóctonos de música, generalmente relegados a salas de pequeño aforo para almas inquietas al margen de las listas comerciales. Únicos espacios de la noche convertidos en cuadriláteros, donde se abren camino los pequeños retos musicales de esta región. 

Una banda que lleva ya dos discos editados es Miss Diciembre. Este grupo de rock melódico, realiza canciones de corte clásico, con un acompañamiento eléctrico poderoso. Sus directos son contundentes y los miembros realmente virtuosos. Recientemente tocaron en La Casa del Loco haciendo retumbar sus cimientos presentando su último disco, “Fuckin’ Sleaze“ (Grabaciones Sin/Con Pasiones), que además vendieron para la ocasión por cinco euros. No sólo un precio contra la crisis sino un alegato a favor del querer es -a veces- poder

Ya comienzan a ser conocidos fuera de nuestra tierra y si sus motos no pinchan por el camino, se podría decir de ellos que el futuro es prometedor. Septiembre abre con furor, un furor eléctrico y bien cantado.






jueves, 6 de septiembre de 2012

Un libro en el Teatro.





Realizar una presentación en un sitio como es el Teatro Principal de Zaragoza, llena el alma de cualquiera. Y así será el 25 de este mes a las 19:00. Se trata del libro confeccionado por el Círculo Fotográfico de Aragón, publicado este año por la Diputación Provincial de Zaragoza.

El proyecto consistió en fotografiar lugares de la ciudad que no están muy accesibles a las cámaras fotográficas. La Seo, el Real Seminario de San Carlos, El Plata y otros muchos. El resultado es una mirada variopinta e imaginativa. Con orgullo me jacto en haber participado en este proyecto colectivo.

Ahí, en el templo de la representación, entre la comedia y el drama (eso es la vida), nos sumergiremos en primera persona para solazarnos con el fausto motivo de haber publicado un libro de Arte.
Estáis todos invitados.




martes, 28 de agosto de 2012

La masonería.




De una u otra manera, todos somos protagonistas de la Historia. Todos hacemos posible la estabilidad de una sociedad, el progreso de la misma, o su debacle. Es ciertamente nuestro granito de arena el aporte vital de cada uno, simples peatones de este mundo, frente a las grandes biografías de personalidades cimeras capaces de cambiar los tiempos. En la mentalidad popular quedan perennes los nombres y los hechos, pero en esta obra teatral, todos somos actores y espectadores. Hay entonces historias dentro de la Historia y personas sin rúbrica en el negro sobre blanco, que producen un eco hasta llegar al presente. A veces, es un recuerdo débil por poco estudiado todavía. Otras, la distorsión intencionada que nos muestra una imagen equívoca. De esta guisa, el historiador se enfrenta a la muy ardua tarea de desenmarañar el trajín historiográfico para discernir la verdad de lo que no es. De aventar el grano de la paja y desechar lo añadido subrepticiamente. Por eso la labor investigadora es de capital importancia para el entendimiento de nuestro mundo. Pero esa labor es lenta, meticulosa y plural. Como un detective del tiempo, uno se sumerge en los restos del pasado, escucha testimonios, verifica datos y los muestra para el debate plural y enriquecedor. Por todo esto hay temas que siempre conllevan debates alimentados por posturas muy definidas. Y uno de esos extraordinariamente subyugantes vericuetos del devenir de los tiempos, es el que ha desarrollado desde su nacimiento la masonería.

Basta oír su nombre para comprobar que muchas personas, incluso no versadas en el tema, encuentran familiar a esta sociedad secreta. Su popularidad es cultural; Occidente sabe de ella. La bibliografía internacional es exuberante y además, en los últimos años, no han parado de verterse noticias sobre el tema. En España concretamente, la masonería posee un pasado muy proceloso, un presente intrincado y un futuro variopinto. Ahora bien, el profano y el no tan profano han de navegar por un mar de ensayos y testimonios que pone a prueba la conciencia crítica del lector. Denostada por unos, ensalzada por otros, idealizada por tantos, entender a la masonería y conocerla, comprende un viaje al pasado por la historia de Europa.  

Por ello, he querido recomendar para este tema una de las mentes más inquisitivas y expertas a nivel mundial sobre el asunto. En Zaragoza, en el seno de la Universidad pública, se fundó el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española. Es seguramente el lugar que hace falta para saber moverse en la abundante historiografía sobre el tema. José Antonio Ferrer Benimeli, que desde hace años preside esta institución, ha publicado una gran cantidad de trabajos que versan desde la mirada general hasta el escrutinio concreto de ciertos asuntos. Es por ello, que nos encontramos ante un guía extraordinario para saber realmente qué es la masonería y lo que ha supuesto. Un primer paso, un primer peldaño es ésta, se podría considerar, introducción a tan complejo campo de análisis, intitulado claramente con el epígrafe “La masonería”.

Hace años, en 1994, Ferrer Benimeli escribió un estudio genérico sobre este tema para una colección estudiantil de la editorial Alianza. Más adelante, este ensayo fue creciendo y ampliándose hasta el volumen, ya independiente, que nos atañe. Determinando claramente el destinatario del libro, la escritura de este experto se hace llana y accesible. Por ello es más que recomendable para todas aquellas personas que se acercan por primera vez al conocimiento de la masonería. 

Visto así, no es desatinado ver este trabajo como la respuesta docta a la pregunta ¿qué es la masonería? Para ello se pueden definir tres ramas claras en este ensayo a la hora de responder al interrogante. En los primeros capítulos encontramos la génesis exacta de las agrupaciones masónicas, que no eran otra cosa que los gremios constructores de la Edad Media. La realidad se percibe hoy día incluso en los signos lapidarios que podemos ver nosotros mismos en algunas catedrales. Las piedras hablan y los documentos escritos todavía más. A partir de ahí recorremos el tiempo para ver como con el ocaso de la Edad Media, las corporaciones de albañiles y canteros se transforman. Pierden su exclusividad como “artesanos de la construcción” para dar paso a una nueva masonería, la especulativa. Es cuando el halo de ética y moral que profesaban los gremios, atrae a otro tipo de personas, que ven un comportamiento íntimo en la persona humana, proclive a ese ideal de fraternidad y convivencia. 

Con el paso del tiempo la masonería va creciendo en adeptos, en logias y en variedad. A la postre daría paso a una suspicacia por parte de los poderes establecidos en los distintos estados de Europa. Es el recelo que se acaba metamorfoseando en miedo y animadversión. Nace así la persecución contra los masones. A este tema, dedica espléndidamente Ferrer Benimeli unos cuantos capítulos. Nos muestra las actitudes de los gobiernos, la Iglesia cristiana papal y los posteriores movimientos sociales de gran calado (fascismos de todo tipo e ideologías varias, entre ellas la comunista). La relación entre papado y masonería sigue llamando la atención hoy en día. Con menos virulencia pero con una intolerancia eclesiástica vigente, a pesar que desde tiempos pretéritos ha habido clero masón.

Los capítulos que nos conducen al final de esta “introducción a la masonería”, nos hablan de un aspecto poco conocido popularmente y además, a veces malentendido. Y es ese espíritu, ese pensamiento de fraternidad, de sociabilidad, incluso de pacifismo lo que ha hecho que los masones hayan propiciado el avance en la consecución de fines filantrópicos. No pocas organizaciones humanitarias se deben a la savia de masones y logias. Pero es que además, la leyenda surgida en torno a la masonería, ha creado en el imaginario popular, multitud de héroes políticos y militares. A través de todo el libro vemos no pocos casos, algunos idealizados con el paso del tiempo, y se nos aclara la realidad de ciertas controversias. Entre ellas, las relaciones de la masonería española con el republicanismo o los movimientos independentistas sudamericanos. Realmente la labor del historiador es compleja. Indagar hasta donde ha llegado esa relación de determinado masón o determinada logia es cada vez más difícil. Sí se ponen de manifiesto en el libro las posturas oficiales de algunas logias con determinados capítulos de la historia. De hecho el volumen viene aderezado por documentos oficiales publicados, dentro y fuera de su ámbito, por la masonería española a lo largo de su historia. Constituyen documentos ilustrativos de agradecer, dentro de un cuerpo de apoyo más amplio que nos brinda el autor. 

Ferrer Benimeli además, nos explica al principio de su trabajo el intrincado árbol de grados en los que se divide la masonería. Aclara otros detalles que han sido maleados según intereses historiográficos o que sencillamente pueden no quedar claros en el gatuperio de las habladurías sin sentido. Nos explica detalles curiosos que además se complementan con dos anexos muy acertados. Al final del libro se incluye una cronología de la historia de la masonería (que se inicia en 1717 cuando cuatro logias de Londres fundan la Gran Logia de Inglaterra, confirmando esa transformación antes comentada de la masonería operativa a la especulativa) y un glosario de términos masónicos. Al final de este trabajo divulgativo, entramos en las recomendaciones bibliográficas. Concisas y acertadas, desde el ámbito genérico hasta el concreto de nuestro país. A la sazón se incluyen estudios concretos de temas afines como la persecución franquista, posturas de la masonería frente a temas diversos (educación, artes, la mujer...) e incluso enciclopedias sobre el tema. Oportunamente quiero recordar con entusiasmo los tres volúmenes dedicados a la masonería en Aragón (publicados en Zaragoza en 1979 y recogidos en la bibliografía del trabajo comentado), donde con todo detalle se ponen los puntos sobre las íes, algo propio de este erudito. 

La idea que tras leer el libro nos formamos, es acertada e invita a más. Las conclusiones personales harán que quitemos peso al alimento mediático y a las intromisiones fundadas por intereses. Por tanto, ¿qué es la masonería? Si vemos que el Ser Humano, es gregario y sociable, no nos extrañarán los casos y motivos que han hecho que varias mentes funden pensamientos grupales a lo largo de la Historia. Por tanto, tiene su lógica que la masonería moderna tenga un leitmotiv propio como es la fraternidad, la realización del individuo y por ende de la Humanidad... Es utópico, conocemos la realidad. Pero con pequeños pasos se consiguen grandes avances. Otras preguntas que nos pueden surgir es el afán persecutorio de la que ha sido víctima. Basado primeramente en el secretismo que rodea el funcionamiento de las masonerías, la bola de nieve ha ido creciendo hasta nuestras épocas. En la Edad Media, los gremios canteros gozaban de una reputación exquisita. Su secretismo era profesional, su ética inquebrantable y su religión cristiana. Por tanto, el cambio venidero choca sobremanera. Con la especulación moral que sobrevino después en las logias, apareció la suspicacia de los poderes sociales. De ahí al enemigo en potencia, hay un paso. 

Hoy en día la masonería está asentada en los países democráticos bajo una aureola de apertura social. Eso facilita la expansión de su mensaje y las controversias mediáticas, auténtico pábulo, a veces mefítico, de fines sensacionalistas. Ese aperturismo ha propiciado también la entrada en las logias de advenedizos y curiosos. Pero la verdad es que, como dice Ferrer Benimeli en su libro, se ha pasado de un manoseado secretismo a lo que él califica más bien como “sociedad discreta”. Por tanto, no hay que sacar las cosas de quicio, dar su justa medida a la valoración, y mantener el análisis y la investigación crítica necesarias. A partir de ahí, podemos entender el fenómeno masónico o masónicos (viendo la variedad que podemos encontrar en la historia del mismo). Y precisamente, para comprender y no perderse en bosques de altas copas que impiden la entrada de luz, tenemos esta guía de inicio para un universo masónico, de la mano de uno de los grandes expertos sobre el tema. Una iniciación accesible y resolutiva. 





“La masonería”
José Antonio Ferrer Benimeli
Alianza Editorial
2010

viernes, 3 de agosto de 2012

Luar Na Lubre.





Acompañados de un inoportuno céfiro y arrostrando los ataques de pertinaces mosquitos, se presentó el celebérrimo grupo gallego en nuestra ciudad del Ebro. En el Anfiteatro de la Expo, con un auditorio exiguo pero entregado, aquel concierto quedará en la memoria del que suscribe de forma gratificante y cariñosa. 

Hablamos de esa Galicia mágica. De ese universo celta fascinante. De una melodía hipnótica y en ocasiones acompañada por la voz de Paula Rey, la nueva cantante del grupo. La comunión fue extática. La gente bailó, ovacionó y se dejó llevar. Hasta aprendimos historia con retazos del pasado que se nos comentaban entre temas. 

Sólo en cuatro ocasiones han visitado Zaragoza. Luar Na Lubre lleva décadas girando en torno al sol y dando lustre a la música celta. Es de agradecer que lo diesen todo a pesar de la situación: el viento puede llegar a ser un problema grave para flautas y similares. Así, de esta manera, sonaron entre esqueletos de metal y cemento, grietas del pasado esplendoroso de un verano del 2008, los reyes y damas de bosques encantados, habitados por gentes de tierra y mar, guiados por melodías subyugantes. Transcurrió esa noche de julio de 2012, en la que el aterimiento del viento y los endiablados tangaraños que nos diezmaron, fue roto por el sortilegio del espíritu de Anu que hizo presencia vocacional entre los presentes. Bailad, bailad...





lunes, 30 de julio de 2012

Un atisbo de eternidad.




Podría tratarse de las traicioneras costas de Cornualles. O incluso nuestro confín donde se termina el mundo. Lo cierto es que por aquí pasaron corsarios de toda laya. Como nosotros, cuando huimos del asfalto. Huir, esconderse. El signo de los tiempos. Espero que una sirena me evada; y volver para contarlo. Recordar, en provectos días, que las piedras me sobrevivirán. Entonces volveré con mis sirenas para no regresar. 

martes, 10 de julio de 2012

Luz.




Si hay alguien que ha resistido ante lo ineluctable. Que no ha cesado en levantarse tras la caída. Y su pensamiento ha ido más allá del aliento para tornarse en energía y superación, esa persona es Luz Casal. 

Al margen de su música, en su rostro leo las cicatrices de la vida y el mapa de un destino, que como el de todos los humanos, no es más que un constante duelo contra la imagen del espejo.

El pasado día siete de julio, ante doscientas personas, alumbró la velada de Zaragoza en su nuevo resurgir; un paso hacia uno mismo.