Acompañados de un inoportuno céfiro y arrostrando los ataques de pertinaces mosquitos, se presentó el celebérrimo grupo gallego en nuestra ciudad del Ebro. En el Anfiteatro de la Expo, con un auditorio exiguo pero entregado, aquel concierto quedará en la memoria del que suscribe de forma gratificante y cariñosa.
Hablamos de esa Galicia mágica. De ese universo celta fascinante. De una melodía hipnótica y en ocasiones acompañada por la voz de Paula Rey, la nueva cantante del grupo. La comunión fue extática. La gente bailó, ovacionó y se dejó llevar. Hasta aprendimos historia con retazos del pasado que se nos comentaban entre temas.
Sólo en cuatro ocasiones han visitado Zaragoza. Luar Na Lubre lleva décadas girando en torno al sol y dando lustre a la música celta. Es de agradecer que lo diesen todo a pesar de la situación: el viento puede llegar a ser un problema grave para flautas y similares. Así, de esta manera, sonaron entre esqueletos de metal y cemento, grietas del pasado esplendoroso de un verano del 2008, los reyes y damas de bosques encantados, habitados por gentes de tierra y mar, guiados por melodías subyugantes. Transcurrió esa noche de julio de 2012, en la que el aterimiento del viento y los endiablados tangaraños que nos diezmaron, fue roto por el sortilegio del espíritu de Anu que hizo presencia vocacional entre los presentes. Bailad, bailad...
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