miércoles, 25 de mayo de 2011

Cita con Stevenson.



Últimamente planea sobre mi vida Robert Louis Stevenson. Es como una sombra que se posa en mis ensoñaciones como si fuese el cuervo sobre el busto de Palas. Pero es una bienvenida presencia. El célebre autor de La isla del tesoro, me tiende su mano amiga de vez en cuando y yo me dejo llevar por su talento.

Hasta tal punto es así, que después del verano, la asociación a la que pertenezco, el Círculo Fotográfico de Aragón, le rendiremos un homenaje en la Biblioteca de Aragón, en Zaragoza, a través de uno de sus grandes relatos, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Será una cita fotográfica, una exposición de imágenes inspiradas y creadas por diversos autores que nos hemos sumergido en el mundo de Stevenson. En esta ocasión, con la fascinante introspección humana que esclarece sombras y apaga luces demasiado evidentes. Es un segundo encuentro literario del arte fotográfico. Tras la exposición que le dedicamos a Edgar Allan Poe, volvemos a desenvainar las afiladas pupilas de nuestra imaginación. El resultado, la fiesta con Stevenson, la anunciaremos a su debido tiempo.

Pero ya antes vuelve a aparecer en mi horizonte la pluma del genial creador de Long John Silver con un librito. Una nueva edición de sus Fábulas. Preludio y alimento para que me aferre a mi cámara fotográfica. De 1896 data la primera edición de estos cuentos que el propio autor no vio en vida publicados. Ahora los recuperan con alguna nueva incorporación literaria (al parecer escondida por el tiempo en una famosa Universidad) para deleite de los oscuros lectores que tiene el escritor escocés. Y digo bien, oscuros. Lejos ya del cuento para niños, para su hijastro, de un tesoro perseguido por piratas, es tiempo de crecer y descender al extraño mundo del Ser Humano. Ahí, en el subsuelo de la conciencia, se producen paradojas, absurdos y desvaríos. Esas son sus fábulas, los recovecos de una mente genial. Una maestría estética y moral, que pone ante nuestros ojos los pilares de la ética y la moral del hombre occidental. Pero hete aquí, creedme, no todo es tan fácil, ni siquiera el pensamiento... de un simio.

Os recomiendo estos breves guiños literarios, que hace unos meses vieron la luz editados por Rey Lear. Degustadlos y saborearlos a conciencia. De esta manera, al traspasar el umbral de la próxima exposición de fotografía en la que nos encontraremos, allá en la recta final de este año, se os abrirá más todavía, un mundo extraordinario. Un talante creativo tan variopinto como incisivo. Abramos entonces el tesoro que nos ofrece Stevenson, ubicado en un ignota isla desierta que todos llevamos dentro.


miércoles, 11 de mayo de 2011

175 aniversario del nacimiento de Bécquer.

Acostumbrado en demasía a ver vetustos obituarios, se agradecen onomásticas como la que rememoramos este año. El 17 de febrero de 1836 nacía en Sevilla Gustavo Aldolfo Claudio Domínguez Bastida. Para la posteridad, un solo apellido como el que nos ocupa. Implica mucho la simple pronunciación de este autor. Más cuando el que suscribe es aragonés y lector suyo en los años de estudiante imberbe.

Creo que Bécquer es de los pocos autores que tiene la grandeza de pertenecer a toda la cultura de la sociedad. Hasta las personas poco lectoras lo conocen. Incluso no es improbable que alguno de sus versos resuene en nuestra memoria. En mi tierra le debemos mucho. Gracias a él, nuestro folclore ha trascendido fronteras y determinados lugares reales, son ya legendarios. Por citar un ejemplo, algún pueblecito es hoy en día, todo un centro turístico brujeril de gran magnitud. Salvando las distancias, Bécquer es a Aragón, como Heminway a Pamplona.

Además Bécquer es para todos el gran poeta español del amor romántico. Regalar una estrofa becqueriana a alguien, es bendecir el día que conocimos a esa persona. Este año pues, merece la pena ser disfrutado con la memoria de este nacimiento.

Se ha hablado mucho del escritor sevillano, y su nombre va ligado al Romanticismo español. Un tema que incluso hoy, no está exento de algún debate académico. Pero lo cierto, es que la universalidad de este hombre, forma parte del acerbo cultural de todos. Y eso, lo consiguen muy pocos autores. Señal inequívoca de que su Arte corre por nuestras venas.

En Andalucía se están haciendo eco de esta conmemoración. Así que si tenéis previsto un viaje al Sur, estad atentos a la agenda, pues a pesar de haber dejado atrás la fecha del nacimiento, tenemos el resto del año por delante. Mientras, Internet nos ayudará a estar al día de lo último que se publique o emita de este genial poeta. Desde documentales (véase “Bécquer desconocido” en Vimeo) hasta homenajes de la gente que graba recitales personales de sus poemas y los coloca en Youtube. Se trata de una invitación a seguir soñando con este joven que vivió como sus versos: la misma intensidad con la que el rayo cae, venido de una cuna procelosa, para desaparecer dejando el alma desasosegada del que lo ha sentido.


lunes, 2 de mayo de 2011

Nueva York.



Recién caído aparezco de cruzar el charco tras descubrir el Nuevo Mundo in situ. Con la vista mareada por la multitud de espejismos y aletargada frugalidad del turista contumaz; aclimatarse a la realidad tras un paseo por la materia de los sueños americanos. De mis múltiples apreciaciones y sensaciones de la Gran Manzana, puede, y es un riesgo para un mediocre fotógrafo de viajes como yo, que esta imagen sea el reflejo más aproximado a mi cuaderno de bitácora personal, acerca de un viaje del que suscribe a Nueva York.

Tres símbolos se graban poderosamente en mi retina. El crisol de hierro y cristal, un patriotismo innato que ya quisiera el soldado Chauvin, y lo que no se ve en la fotografía, la gente. En contra de lo que se dice, creo que Nueva York no tiene personalidad, porque son muchas y variadas las mentes que allí habitan. Ideas y multiculturalidad, bajo la batuta del sentido crematístico de la vida. En ese aspecto, esta colmena mundial, es única. En otros, es hija de la mano del Ser Humano, como en todas partes que se precie.

Quizás, en un segundo de atisbo mientras caminaba por sus calles, haya capturado este pequeño homenaje. Sin duda, una vulgar imagen deleitosa, sólo un guiño más en el mar de ojos que miran sus días.