La editorial Blume acaba de lanzar el libro oficial del célebre concurso World Press Photo, correspondiente a la convocatoria de este año. El concurso supone una muestra, una reivindicación y, en palabras de la presidenta del jurado, Ayperi Karabuda Ecer, “un rompecabezas visual que celebra el punto de vista del fotógrafo, y que le ofrece lo mejor de cada categoría para que reflexione, pregunte y disfrute.”
No estamos ante un concurso cualquiera porque no hablo de una profesión cualquiera. Ver el momento, captarlo, crear un concepto a través de la imagen. Y no sólo eso, también sugerir, incitar a la reflexión. En definitiva, comunicar. Como he dicho en otras ocasiones, la fotografía es un lenguaje y cada uno lo escribe de una manera.
Desde 1955 este premio pone ante nosotros lo que un simple devaneo de papel de periódico puede hacer pasar desapercibido a nuestros ojos. ¿Qué sería de la prensa de hoy en día sin imágenes?. Pero la cuestión va más allá. Los fotoperiodistas son los testigos de la época que les ha tocado vivir. Eso es World Press Photo.
Este año el ganador nos traslada a Teherán, capital de Irán. El italiano Pietro Masturzo nos muestra una serie de imágenes oscuras que pueden necesitar una explicación del contexto, pero que insinúan su simbolismo latente. Mujeres y personas gritando, protestando en los tejados y azoteas de sus casas.
Otro italiano, Michele Borzoni, ganador en la categoría de imagen individual de Personajes de actualidad, nos lleva de nuevo a la protesta, esta vez más violenta. Al inconformismo frente a una discrepancia. El lugar, la Cachemira india y sus constantes devaneos territoriales. En ambos casos se trata de política y a veces de posturas irreconciliables. Por la sencilla razón de que las partes implicadas no ceden un ápice en beneficio de la concordia; como la vida misma.
World Press Photo es un abanico que airea imágenes de todo el mundo y comprende desastres, es cierto, pero también valores y grandezas. El deporte, la vida del día a día... Creo que este premio es un buen reflejo del sentimiento humano. Cierto, hay muchas fotografías que se quedan fuera pero incluso el jurado tiene ya un detalle único: premiar la imagen, o conjunto de imágenes, que han tenido un “impacto excepcional en las noticias del mundo entero”, el año anterior, pero que no han sido tomadas por profesionales. Ahora más que nunca, todos somos testigos y, de alguna manera, todos podemos hablar. Sobre todo gracias a Internet.
Por desgracia siempre hay miserias del alma humana. Hambre y dolor, sangre, guerras… pero también lucha y esperanza. Y por supuesto belleza, la de nuestro planeta. Éste, en constante amenaza por el hombre y sus repercusiones. Una jirafa yace muerta dentro de un río seco, (Stefano De Luigi), o unas naranjas entran al ojo humano como si fuesen mundos extraños de belleza nunca conocida… Y sin embargo estamos ante los resultados de la contaminación del cadmio sobre una zona de China (Fang Qianhua). Estremecedor, hasta el mal posee un rostro sublime, una estética de lo nefando. El Ser Humano es así.
El deber de la correcta moral es denunciarlo y luchar contra ello. Los fotógrafos se colocan cerca, buscan y retienen. Se juegan la vida entre lluvias de balas, mercenarios belicosos, piratas o simplemente enemigos. Hay cosas que no quieren que se vean pero han de verse. Creo, desde mi humilde opinión, que éste sería uno de los leit motiv del World Press Photo. Ahora en un libro y en una exposición itinerante. Habrá más, porque, créanme, hace falta más.
http://www.worldpressphoto.org
http://www.blume.net
Buen artículo. Poco a poco vas retomando tu faceta de escritor, periodista...
ResponderEliminarAbogo por el minimalismo, también en fotografía. Lo sensacionalista no me gusta. Sí la reflexión que produce una imagen, no una imagen cualquiera pero sí la imagen.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog.