Un buen equipo lo es todo. La armonía de sus miembros forma parte del resultado final. Yo siempre he sostenido que mi obra fotográfica de estudio es una labor de equipo. La idea parte de una mente, pero esta se dota de la concomitancia de todas aquellas personas que hacen posible la obra artística. Una de esas artistas a las que les debo mucho en la realización de mis sueños fotográficos, es la maquilladora y diseñadora Inés Rodríguez. Su capacidad de adaptación creativa es camaleónica. Y a su labor para transformar la piel de las modelos hay que descubrir la artesanía que destila cuando sus manos crean figuras, complementos y otras muchas creaciones que firma como “Ninuk”.
Conozco su faceta de diseñadora desde hace tiempo y ahora tenemos la ocasión de apreciar su obra de forma expositiva. El Armadillo Ilustrado (C/ Las Armas 74) acoge hasta el 3 de agosto los mundos de Inés. Porque ella es un mundo, creedme, y merece la pena pertenecer a él.
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