sábado, 29 de mayo de 2010

Una imagen, una reflexión.

Hace pocos días un torero español fue noticia. Es más, fue portada de muchos medios de comunicación. La información que comunicaba esa noticia se concentraba en una imagen. Una fotografía hablaba por sí misma. El momento preciso, el instante capturado por un fotógrafo de la Agencia EFE, mostraba al toro embistiendo al torero de tal manera que se podía apreciar con todo detalle, cómo uno de los cuernos del animal ensartaba la mandíbula del hombre. La imagen era dantesca, parecía salida de las grandes creaciones mitológicas en las que los héroes (hijos de concubinatos humano-deístas) se enfrentaban a bestias espeluznantes.

Mas no es este el motivo de mi reflexión, ni siquiera el debate sobre los toros. Lo que me entristeció fue el uso que los medios de comunicación en papel hicieron de la imagen. Pocos no cayeron en la atractiva mansedumbre de colocar la imagen en portada. No tanto como reclamo de ventas y labor informativa a su vez. Me pregunto si a los toreros les gustará que sean portada únicamente cuando su vida corre peligro o se casan con alguien.

En una profesión periodística que tiene su propia deontología, se olvidaron de los tratamientos y pusieron en primera página, la sangre, la atrocidad, la morbosidad, en definitiva, lo que vende. En su lugar, pienso, deberían haber puesto la imagen en su interior como ilustración de la cobertura periodística. De hecho, algunas televisiones anticipaban, a través del presentador del noticiario de turno, la dureza de esas imágenes, por si algún espectador consideraba oportuno cerrar los ojos.

No así la prensa. En portada, que se vea bien cómo el cuerno del toro entra por el cuello de un hombre y sobresale cual lengua por la boca. Como si el torero echara fuego, como si escupiera, como si vomitara desde sus entrañas…

La portada de los periódicos es la única página que todo el mundo ve. Ni siquiera hay que tocar el ejemplar o comprarlo. La portada anuncia los contenidos principales, que deberían ser los más importantes, y deja entrever el tratamiento que la línea editorial del medio de comunicación va a hacer de las noticias.

Pero como una imagen vale más que mil palabras, es mejor atraer la vista con uno de los mejores atractivos, la sangre y dolor. Creo que colocar esa fotografía (y a tamaños nada despreciables) en las portadas de los periódicos estaba de más. Me parece lógico que en portada se diga la información, pero estamos a un paso de que ya se reserve en la primera plana un hueco para mostrar la mejor imagen del día que a buen seguro será de sexo, sangre, guerras o cualquier otra cosa explícita pero morbosa. Incluso por encima de la fotografía que se coloca en la mitad superior de la portada, que suele ser ya el reclamo informativo del medio.

¿Imagina el lector revistas de quiosco especializadas en torturas?. Ciertamente sería coherente ofrecer variedad en una sociedad de libertades. Aunque no tan lejano queda en civilizaciones realmente importantes, el pagar por ver espectáculos con muertes en directo. Curiosa analogía; como en los toros, cuando el clima de riesgo se traduce en un sentimiento que excita al público cuanto más arriesga su vida el torero. Será que nos gusta sentir emociones fuertes. O a lo mejor es el pequeño momento de gloria que tiene un animal predestinado a una humillante muerte. Protagonizar las portadas de la prensa compartiendo espacio con políticos, historias de camas, anuncios de loterías y automóviles.

En cualquier caso, casi todos nos hemos enterado y nos hemos deleitado. Un cuerno saliendo por la boca de un hombre. Y era real, muy real, que se lo digan al torero.


1 comentario:

  1. Hola Ángel, quería comentarte que los días siguientes a la cogida, en los telediarios, cuando hablaban del estado de salud del torero, seguían poniendo una y otra vez el vídeo de la cogida. El primer día puede ser noticia, pero que te lo sigan poniendo una y otra vez... y sin ningún tipo de aviso. En fin.

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