sábado, 28 de noviembre de 2009

Niños para siempre.



Uno es artista de por vida. Se lleva en la sangre. Quizás sea un razonamiento fácil para responder a esos regresos musicales que realizan de un tiempo a esta parte, distintos grupos de nuestro panorama musical español. Por supuesto en algunos casos hay dinero, pero hoy en día no es buena época para hablar de éticas irreductibles al peculio, cuando esta crisis ha devorado profusamente los cimientos de nuestro sistema.

Uno de los grupos musicales aragoneses que ha regresado a los escenarios es Niños del Brasil. Desde su separación sólo tuvimos ocasión de verlos para celebrar los aniversarios que conmemoraban tiempos mejores, y no ha mucho tiempo, en exclusivas apariciones. Ahora, han sacado un nuevo disco, “Géminis” que completa una labor de vuelta al ruedo. Los fans lo pedían e imagino, que su vena artística también. Más que el dinero, que en este caso no importa en personajes con su vida ya hecha.

El 7 de noviembre pasado realizaron un concierto en el zaragozano local Café Hispano. Allí me acerqué cámara en mano para ver a uno de mis grupos favoritos de la escena musical atemporal de Aragón. Reconozco que iba con curiosidad casi científica pues no había oído en directo el nuevo disco “Géminis”. Las sucesivas apariciones de Niños del Brasil en estos últimos años me habían dejado un sabor agridulce, sobre todo con el nuevo tecno que aportaban a las remezclas y temas recién creados hace ya algún que otro año. Sin embargo el concierto me impresionó por la fuerza y el buen hacer que siguen teniendo. Y… los arreglos musicales y los teclados me sonaron de nuevo a Niños; a nuestros Niños de siempre, algo actualizados, pero con la fortuna de integrarse en nuestros días, dando una lección de elegancia en tiempos profusos de livianas experimentaciones vacuas.

El cantante Santi Rex, se comió al público con su voz y con la complicidad de ver que la poca gente que asistió al concierto, se consagraba como lo que ya eran, fieles a un estilo, a una firma. Y eso, es el mejor premio a un artista. La alimentación de un público que conecta contigo.

Temas de siempre con temas actuales. El escenario no era el apropiado; demostraron que un grupo cabe en unos escasos metros. Y por supuesto, una iluminación, al principio escasa para poco a poco convertirse en ligeramente perdonable para fotógrafos como yo.

De este penúltimo mes del año, es una de las citas, con la música en directo, que más buen recuerdo me ha dejado. Quizás porque en estos casos comparamos irremediablemente con lo que hacían en sus anteriores etapas. Y a pesar de todo siguen arrancando una sonrisa cómplice sabiendo que estos niños hacen lo que quieren y porque les gusta, al igual que sus fans siguen en esa comunicación que antes comentaba. Es una de las grandezas del Arte, que haya alguien al otro lado que te mirará con la connivencia de un espectador que le gusta lo que haces.


1 comentario:

  1. Te conozco ya desde hace un tiempo... y todavía me sorprendes con tu escritura...

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