jueves, 22 de octubre de 2009

Exposición fotográfica inspirada en Edgar Allan Poe.



El día 4 de Noviembre se inaugura una exposición de fotografía muy peculiar. La Biblioteca de Aragón (C/ Doctor Cerrada, 22) albergará durante un mes las inspiraciones, sugerencias y representaciones que el universo de Edgar Allan Poe imbuye en los fotógrafos de la asociación zaragozana Círculo Fotográfico de Aragón. No es la primera vez que hablo de este grupo en mi blog, no en vano yo soy miembro desde hace dos lustros. Y a buen seguro no será la última, os invito a que aprovechéis este evento para conocerla si es de vuestro agrado el mundo de la imagen.

El motivo no puede ser de lo más placentero para quien por sus venas discurra cualquier tipo de inquietud cultural. Y no digamos para los amantes de la lectura.

Se ha escrito mucho sobre Poe y su obra por lo que no hablaré aquí de su vida, pero sí de mis impresiones y opiniones acerca de él y su pluma, no en su totalidad pero sí en gran parte devorada por mí. Dado el matiz oscuro que me caracteriza no era raro que me acercara a este escritor. Su mundo no es sombrío en sí, sino que se sume en las penumbras de la mente humana. Todo depende de la óptica del que mira, y en eso, los personajes de los relatos de Poe son realmente curiosos. En general su obra es variada y uno se puede encontrar de todo; desde una historia grotesca de enfermos mentales encerrados que no lo son, hasta una gato acusador y emparedado en la pared.

La clave de Poe es la atmósfera en la que se suceden sus historias. Más incluso, opino, que su escritura; de hecho hay escritores más relevantes en su época y en sus géneros. Sus historias son perturbadoras, a veces con finales sorprendentes y con un miedo psicológico alimentado por la incertidumbre y lo sobrenatural. Quizás, como dijo alguien una vez, porque en aquellos tiempos la gente se asustaba con más facilidad, el miedo vestía de sutil cotidianidad y agridulce insania.

En los poemas de Poe encontramos más bien un cierto delirio enajenado por el hastío de una vida llena de altibajos, cuando al buen hacer de uno se le priva a veces de recompensa. Ese quizás sea el motivo del alcoholismo galopante de Poe.

Y por supuesto el amor. Motivo universal, desesperación eterna sacralizada desde tiempos inmemoriales y ensalzada hasta cotas inimaginables, por si se nos había olvidado, en el movimiento Romántico. Poe, en su peculiar fragilidad, reduce el amor de Leonor a un pájaro negro de mal agüero cuyo nombre seguro conocemos.

Imaginación desbordante la de Poe, a veces algo densa pero encantador en sus conclusiones. Cada relato una historia. Miles de libros y no menos recopilaciones. Unas cuantas interpretaciones, y no pocas influencias posteriores. Fue un buen escritor, un buen editor de revistas y un buen enfermo. Hoy, no sé por qué no antes, se le venera. Se le nombra padre del relato policíaco. Y su foto se encumbra. Por tanto no es extraño que le rindamos un pequeño homenaje. Qué mejor que las diferentes visiones de fotógrafos con una mentalidad de nuestros días que difiere mucho de la de las personas de a pie de su época. Aunque nuestros temores, manías y pasiones nunca cambian. Será que somos humanos como Poe, o simples animales como los que aparecen en sus historias. A mitad de camino un desenlace, en la Biblioteca de Aragón de Zaragoza, del 4 al 23 de Noviembre.

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